Mucho antes de la popularización del plástico, cuando el agua y otros líquidos se transportaban en recipientes de cerámica o loza, la llegada de las cantimploras de aluminio supuso un antes y un después en términos de durabilidad y ligereza. Hoy, este clásico continúa defendiendo su lugar como alternativa de transporte fácil que nos recuerda a las excursiones de toda la vida. Las cantimploras de aluminio o polietileno suponen toda una declaración de intenciones, más moderna, segura y accesible que nunca.